El Palacio Real de Madrid fue construido en el siglo XVIII,
por orden de Felipe V, sobre las ruinas del
antiguo Alcázar, destruido por un incendio en la Nochebuena de 1734 en la plaza de Oriente. La fachada principal transcurre por la calle de Bailen, soterrada a su paso por la plaza.
Quiso Felipe V que el Palacio Nuevo ocupase el mismo lugar.
Toda la construcción se hizo abovedada, en piedra y ladrillo, sin madera, para
que ningún incendio pudiera destruirlo.
Sachetti comenzó la obra en 1738, y se finalizó en 1764.
Sabatini realizó el ala sudeste y la gran escalera o escalera de honor. La
planta es cuadrada con un gran patio central. La puerta del Príncipe, en el
lado este de la edificación, da acceso al patio central.
Los jardines de Sabatini y Campo del Moro son otro de los
atractivos del palacio, así como todas sus fachadas.
Existe un debate a la hora de enmarcarlo en un estilo,
dependiendo de los autores, unos se inclinan más por el barroco y otros por el
neoclásico.
Las dependencias interiores son muy numerosas y destacan el
Salón de Alabarderos, el de las Columnas, el Salón de los Espejos y el Cuarto
del Rey Carlos III, entre otros muchos. En su interior se pueden contemplar pinturas de Velázquez,
Goya, Rubens, El Greco y Caravaggio.
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