En la plaza de San Francisco se encuentra la Basílica de San Francisco El Grande.
En este lugar estuvo un convento franciscano que, según la leyenda, fue fundado por San Francisco de Asís en 1217. Cuando en 1561 Felipe II convirtió Madrid en capital del reino, el convento ganó en riqueza e importancia, y se le nombró custodio de los Santos Lugares conquistados por los cruzados.
En 1760, Carlos III ordenó que el convento fuera reemplazado por una basílica neoclásica. El arquitecto Francisco Cabezas diseñó una cúpula de más de 33 m de diámetro, pero las obras tuvieron que suspenderse en 1768 debido a las complicaciones generadas por semejantes proporciones. La obra de San Francisco el Grande fue terminada por Francesco Sabatini en 1784.
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