miércoles, 18 de enero de 2017

Parroquia de San Sebastián

Fue fundada en 1541 sobre una antigua ermita que con la advocación de San Sebastián estaba situada en el camino de Atocha. En un primer momento fue probablemente anejo de la parroquia de Santa Cruz, asignándose parte de su feligresía al constituirse en parroquia a los pocos años.


Entorno a 1550, el edificio primitivo fue demolido por ruinoso, y en 1553 se compró un solar en la calle Atocha donde se edificaría el templo actual. Las obras comenzaron en 1554 bajo la dirección de Antonio Sillero, acabándose en 1575.


No obstante, no es hasta el siglo XVII cuando se puede dar por acabado el templo, ya que paulatinamente se fue ampliando con la adquisición de solares anejos en donde se construyeron la torre de la iglesia, construida a partir de 1612 por Lucas Hernández, y sobre todo, una serie de capillas anejas que pronto alcanzaron gran relevancia en la Corte, destacando la capilla de Nuestra Señora de Belén, adoptada por los arquitectos madrileños para su devoción y sepultura, y la capilla de Nuestra Señora de la Novena, patrona de los cómicos.


Saqueada durante los primeros días de la Guerra Civil, el templo fue totalmente destruido por una bomba lanzada desde un avión del ejército nacional en la noche del 19 al 20 de noviembre de 1936, siendo reconstruida entre 1943 y 1959 por el arquitecto Francisco Iñiguez Almech, quien cambió la orientación del edificio. Es Monumento Nacional desde el 10 de octubre de 1969.

domingo, 26 de abril de 2015

Palacio Longoria (1904)

Palacio Longoria

Este palacio modernista fue construido por el arquitecto catalán y discípulo de Gaudí, José Grases Riera, entre 1902 y 1904 como Casa-Palacio del financiero y político Javier González Longoria. 

El arquitecto construyó este palacio con una libertad absoluta de diseño convirtiéndolo en el ejemplo más importante del movimiento modernista en Madrid. Entre sus elementos más singulares destacan la cúpula, obra de la Casa Maumejean, y los dos miradores del patio, que apoyan sobre sendas columnas con forma de palmera.

El edificio, ubicado en la calle Fernando VI, esquina con la calle de Pelayo, fue levantado sobre un solar de esquina cuadrado, está compuesto por dos cuerpos rectangulares unidos mediante un torreón cilíndrico situado en la esquina. En el exterior destaca la fachada, embellecida por multitud de formas sinuosas muy al estilo catalán, entre las que resaltan los nervios, la decoración vegetal y las rejerías. Pero sin ninguna duda lo más bello del edificio es la escalera principal situada en el interior, construida de hierro, bronce y mármol, y que constituye una auténtica joya del modernismo madrileño.

sábado, 25 de abril de 2015

Plaza del Callao

Plaza del Callao


A mediados del siglo XIX se abrió un espacio entre las calles de los Preciados y del Carmen al derribar parte de la manzana 378. Así surgió nuestra plaza, que recibió su nombre en 1866 a raíz del bombardeo del puerto peruano del Callao por la armada española el 2 de mayo de ese año. Fue en esa acción de la inverosímil guerra del Pacífico cuando Méndez Núñez dijo su famosa frase: “Antes honra sin barcos que barcos sin honra”. Y efectivamente fue la honra lo único que se jugó, pues en la acción no hubo ni vencedores ni vencidos, ni sirvió para nada, sólo para que muriesen muchas personas.

Cuando se construyó la Gran Vía, se dio salida hacia ella a la plaza del Callao, y de esta forma se hizo desaparecer a la pequeña calle de San Jacinto, que salía de nuestra plaza y llegaba a la calle de la AbadaHoy en día la plaza del Callao es un punto eminentemente cinematográfico en nuestra villa, ya que a los cercanos cines de la Gran Vía se une el Callao, cuya fachada domina la perspectiva del lugar. El cine Callao fue la primera obra importante que hizo en Madrid un arquitecto que luego construiría muchos y muy interesantes edificios en la villa, Luis Gutiérrez Soto. Éste fue levantado entre 1926 y 1927 y muestra una gran influencia del cercano Palacio de la Música, obra de Secundino Zuazo. Su enorme cartelera anunciadora es quizá una de las imágenes más conocidas de Madrid.

lunes, 13 de abril de 2015

Calle de Ciudad Rodrigo

Calle de Ciudad Rodrigo

La calle de Ciudad Rodrigo sale de la plaza Mayor y llega a la calle Mayor, junto a la plaza de San Miguel.

Esta calle, que antiguamente se llamó calle Nueva, iba de la desaparecida Puerta de Guadalajara a la Plaza Mayor. Fue abierta para que el cortejo real pudiera ir a la iglesia de Atocha sin tener que dar un rodeo por Sol y Carretas.

Tras el incendio de la Plaza Mayor de 1790 permaneció sin reedificar durante algún tiempo y, en 1835, recibió el nombre de Ciudad Rodrigo en recuerdo de esta ciudad salmantina que fue recuperada por el general Wellington en 1812, tras un asedio de seis meses.

Bajo sus soportales existen gran cantidad de establecimientos como, entre otros, el bar Rua, famoso por sus bocadillos de calamares y la tienda de ultramarinos Los Ferreros

viernes, 10 de abril de 2015

Calle de la Sal desde la calle de Postas con la plaza Mayor al fondo

Calle de la Sal

La denominación calle de la Sal se conserva desde muy antiguo por ser el sitio donde se expendía esta sustancia. Algunos creen que se denominó también "Red de la Sal". Conforma una de las entradas que airean la popular plaza, cargada de vegetación en tiempos pasados y comunica la plaza Mayor con la calle de Postas.

En 1876 A. Fernández de los Ríos anota en su "Guía de Madrid, manual del madrileño y del forastero", que la calle de la Sal tiene su principio en la de Postas y concluye en la Plaza de la Constitución, que es como se llamaba entonces la Plaza Mayor. Que comprende los números 1 a 5 y 2 a 8, con una longitud de 28 metros lineales y 7 de ancho. Que corresponde al Barrio de Constitución del distrito de Audiencia.

lunes, 30 de marzo de 2015

Real Monasterio de la Encarnación

Real Monasterio de la Encarnación

El Real Monasterio de la Encarnación es un convento de monjas agustinas recoletas ubicado en la plaza del mismo nombre, haciendo esquina con la plaza de Oriente. La institución, a la que pertenecieron damas de la alta nobleza, fue fundada por la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, a comienzos del siglo XVII. Debido a las colecciones artísticas que alberga es, junto con las Descalzas Reales, uno de los templos más destacados de la ciudad.

El arquitecto del edificio fue fray Alberto de la Madre de Dios, quien lo edificó entre 1611 y 1616. La fachada, que responde a un modelo de inspiración de estilo herreriano, de gran austeridad, creó escuela y fue imitada por otros templos españoles. En la iglesia se conservan sendos relicarios que se dice contienen la sangre de San Genaro y de San Pantaleón; ésta última (según la tradición) se licúa todos los años el día del santo, el 27 de julio. En la clausura antigua está organizado un museo que depende del Patrimonio Nacional y que se puede visitar.

El edificio se construyó en el lugar que ocuparon las casas de los marqueses de Pozas, a quienes el rey se las compró, debido a su cercanía al Real Alcázar, ya que así los reyes podían entrar directamente a la iglesia mediante un pasadizo existente. Este pasadizo fue construido por deseo de la reina para no causar molestias, ya que visitaba frecuentemente el monasterio. En su interior tenía varias salas con cuadros. El rey en persona colocó la primera piedra del edificio, acto que se hizo con gran solemnidad y bajo la bendición del cardenal arzobispo de Toledo Bernardo de Sandoval y Rojas. Meses más tarde, el 3 de octubre de 1611, murió la reina sin haber visto terminada esta obra en la que tuvo tanto empeño,

En el siglo XVIII fue reformado el interior de la iglesia por Ventura Rodríguez, quien se encargó de su decoración, junto con otros pintores y escultores neoclásicos, con nuevos retablos y varios lienzos importantes. La parte arquitectónica está labrada en jaspes, mármoles y bronces dorados. A lo largo de toda la nave pueden verse una serie de lienzos con el tema de la vida de San Agustín, que se complementan con los frescos de la bóveda de la capilla mayor, obra de Francisco Bayeu.

Casa de la Panadería

Casa de la Panadería

La Casa de la Panadería fue levantada durante la construcción de la Plaza Mayor, siendo Juan Gómez de Mora el encargado de su construcción, que terminó en 1619. Tras el segundo incendio de la plaza en 1670 fue reconstruida por Tomás Román, encargándose los pintores Claudio Coello y José Jiménez Donoso de la decoración interior y los frescos de la fachada. Tras el tercer incendio de la plaza en 1790, del que se libró la Casa de la Panadería, sirvió de referencia a Juan de Villanueva para la reconstrucción del caserío de la plaza.

Ha sufrido distintas remodelaciones desde entonces, entre las que destaca la llevada a cabo por Joaquín María de la Vega en 1880.

En 1988, el Ayuntamiento de Madrid convocó un concurso público restringido para acometer la decoración de la fachada, debido al gran deterioro de las pinturas que había realizado el pintor y ceramista Enrique Guijo en 1914. A ese concurso fueron invitados los artistas Guillermo Pérez Villalta, Sigfrido Martín Begué y Carlos Franco, resultando ganador este último, con un proyecto basado en personajes mitológicos como Cibeles, Proserpina, Baco o Cupido, y otras inventadas por el artista, relacionadas con la historia de Madrid y de la Plaza Mayor. Los trabajos para pintar los frescos de Carlos Franco se llevaron a cabo en 1992.

En un principio, sus bajos albergaban la tahona principal de la Villa, estando desde 1732 los despachos del Peso Real y del Fiel Contraste. Entre 1745 y 1774 tuvo allí su sede la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y de 1774 a 1871 la Real Academia de la Historia. A finales del siglo XIX se hace cargo de la Casa de la Panadería el Ayuntamiento de Madrid, convirtiéndola en la segunda Casa Consistorial de la Villa. Más tarde pasó a ser la sede de la Biblioteca Municipal y del Archivo Municipal. Posteriormente, seguirá albergando algunas dependencias municipales, además de instituciones como el Centro Cultural Mesonero Romanos. De 1993 a 1995 fue el más prestigioso prostíbulo de la capital, el club momentos. Actualmente sus dependencias están ocupadas por el Patronato de Turismo Madrid, encontrándose en su planta inferior (intercolumnio) el Centro de Turismo de Madrid.

Estatua ecuestre de Felipe III (al fondo Casa de la Panadería).

Estatua ecuestre de Felipe III (al fondo Casa de la Panadería).

La estatua ecuestre de Felipe III que se encuentra en el centro de la Plaza Mayor fue comenzada por el escultor italiano Juan de Bolonia (Giambologna) y terminada por su discípulo Pietro Tacca en 1616. Se trataba de un regalo al rey español por el entonces Gran Duque de Florencia, estando inicialmente situada en la Casa de Campo.


En 1848 la Reina Isabel II ordena su traslado desde su emplazamiento anterior a la Plaza Mayor. Actualmente, en el pedestal de la estatua, figura esta inscripción: "La reina doña Isabel II, a solicitud del Ayuntamiento de Madrid, mandó colocar en este sitio la estatua del señor rey don Felipe III, hijo de esta villa, que restituyó a ella la corte en 1606, y en 1619 hizo construir esta Plaza Mayor. Año de 1848."

sábado, 14 de marzo de 2015

Puente de los Franceses

Puente de los Franceses

El Puente de los Franceses es un viaducto ferroviario que fue levantado sobre el rio Manzanares en la segunda mitad del siglo XIX para permitir el paso del ferrocarril del norte (Madrid-Venta de Baños-Irún).

El puente debe su nombre a la nacionalidad de los ingenieros que idearon el proyecto. Se realizó entre los años 1860 y 1862, dentro de las obras de construcción de la línea férrea del norte, que dieron comienzo en 1856, a iniciativa de la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España.

Durante la Guerra Civil española, el puente fue escenario de algunos momentos fundamentales en la defensa de Madrid, significando el bautismo de fuego de las Brigadas Internacionales.

El Puente de los Franceses se sostiene sobre cinco ojos, en forma de arco de medio punto, tres de los cuales se levantan directamente sobre el cauce del río. Dado su carácter ferroviario, presenta un aire funcional, caracterizado por la práctica ausencia de elementos ornamentales.

Está construido en ladrillo rojo, si bien el dovelado aparece recubierto con sillería de piedra de granito.